sábado, 25 de febrero de 2012

Gracias y adiós a 'Público' / Luis Matías López

Por una vez, me pondré solemne. La ocasión lo merece.

1.- Colaborar en ‘Público’, tanto en el Consejo Editorial como con esta columna literaria y como analista de temas internacionales, ha sido un privilegio, un espacio de total libertad e independencia, sin cortapisas ideológicas, del que nunca antes había disfrutado, en más de 40 años de profesión. 

2.- No sólo hay que lamentar la muerte de un diario, sino que será muy difícil, por no decir imposible, que vuelva a surgir en España otro medio de comunicación tan crítico con los poderes fácticos, tan iconoclasta, tan defensor de causas perdidas, tan alejado del pensamiento único, tan atento a los derechos de las minorías.

3.- La crisis, la caída de la publicidad, las pérdidas acumuladas, la caída en picado de la prensa de papel, los nuevos canales de acceso a la información y el gratis total, más que el abandono de los lectores (muy fieles al proyecto), han fulminado a ‘Público’. La diversidad ideológica en la prensa, ya muy lejos del arco iris, se acerca de forma alarmante al tono monocolor, con predominio alarmante del azul de la derecha.

4.- Es lamentable que no haya en el tejido económico español empresarios de izquierda capaces de arriesgar un puñado de millones para salvar un diario que llenaba un espacio imprescindible para garantizar la pluralidad ideológica.

5.- Una petición a los lectores de ‘Público’: seguid comprando un periódico en el quiosco, aunque resulte difícil decidirse por uno, aunque el futuro pertenezca a los nuevos canales de información electrónica. El día que desaparezca o sea irrelevante la prensa de papel morirá con ella un espacio imprescindible para el análisis reposado, la investigación en profundidad y el debate pormenorizado de las ideas.

6.- El periodismo como medio de vida tiene un futuro muy negro: desempleo masivo, precariedad, explotación laboral, nuevas tecnologías que necesitan poca mano de obra, reducción acelerada de la información propia y exclusiva, etc. Pero la agonía del papel no tiene porqué significar la muerte del periodismo. Eso sólo ocurrirá si el afán de supervivencia, la necesidad imperiosa de conservar el empleo o llegar a fin de mes, arrebata a los periodistas su capacidad de luchar por la objetividad y la independencia, de ser críticos con la realidad social.

7.- La redacción de ‘Público’ ha demostrado que, incluso en condiciones precarias, es capaz de hacer un producto de gran calidad. Está formada por profesionales entusiastas y preparados que merecen ahora ser tratados con generosidad y que, en circunstancias normales del mercado periodístico (lástima que éstas no lo son), no deberían tener problema para encontrar acomodo en otros proyectos.

8.- Un recuerdo a dos columnistas que, en mi opinión, personificaba como pocos el espíritu de ‘Público’: el fallecido Javier Ortiz y Manuel Saco, que aún no comprendo por qué no ha estado en ‘Público’ hasta el final.

9.- Con toda la pena del mundo: gracias y adiós, amigos.

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