martes, 24 de julio de 2012

El mayordomo del Papa pide perdón por las filtraciones

CIUDAD DEL VATICANO.- El ex mayordomo del papa Benedicto XVI, que fue detenido hace dos meses en la investigación de filtraciones de documentos que denunciaban corrupción en el Vaticano, ha escrito al pontífice para pedirle perdón, según dijo el martes su abogado.

Paolo Gabriele fue detenido el 23 de mayo y puesto bajo arresto domiciliario el sábado tras pasar 60 días recluido en una pequeña "habitación segura" de la comisaría de la policía vaticana.
"Paolo ha escrito una carta al Papa pidiéndole perdón, en especial por el dolor que le ha causado", dijo el abogado Carlo Fusco.
Gabriele, de 46 años y que trabajó en la residencia papal, fue arrestado después de que la policía encontrase un alijo de documentos del Vaticano en el apartamento en que vivía con su mujer e hijos en la Santa Sede.
Fusco dijo que espera que un magistrado vaticano cierre formalmente la investigación y ordene el juicio de Gabriele por robo con agravantes. El delito conlleva una sentencia de hasta seis años de cárcel en las leyes de la ciudad estado más pequeña del mundo.
Si es condenado, se espera que Gabriele pida un perdón al Papa, que el pontífice probablemente concedería, según fuentes vaticanas. De no concederse el indulto, cumplirá su sentencia en una prisión italiana según acuerdos bilaterales entre ambos países.
Fusco dijo que no ha visto la carta privada que escribió el acusado al Papa, pero que Gabriele le había hablado de su contenido. La misiva se entregó a una comisión de cardenales que investiga un escándalo conocido como "VatiLeaks".
El abogado dijo que la carta pide "la clase de perdón que uno buscaría de un amigo, un perdón personal, espiritual".
En una rueda de prensa el sábado por la noche, cuando Gabriele pasó a arresto domiciliario tras un último interrogatorio de siete horas, Fusco dijo que Gabriele había querido ayudar al pontífice y podría haber actuado para ayudar a limpiar la Iglesia.
Muchos han señalado que Gabriele, que servía la comida al Papa y viajaba en el asiento delantero del papamóvil en las audiencias generales de Benedicto XVI, no pudo actuar solo y ha sido un chivo expiatorio.
Sin embargo, Fusco dijo que Gabriele no formaba parte de una gran trama y no recibió ningún dinero.
El arresto del mayordomo en mayo puso en el punto de mira de los medios internacionales la lucha de la institución por defender su reputación contra acusaciones de corrupción.
Algunos de los documentos que llegaron a publicarse en la prensa denunciaban casos de corrupción en los acuerdos comerciales del Vaticano con empresas italianas, relacionados con el pago de tarifas infladas por trabajos. Otras señalaban rivalidades entre cardenales y enfrentamientos por la gestión del banco vaticano.

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