viernes, 21 de septiembre de 2012

El autor danés de las primeras caricaturas de Mahoma rechaza la "censura"

VIENA.- Kurt Westergaard, el autor danés de las primeras caricaturas sobre Mahoma que generaron una ola de protestas en países musulmanes hace siete años, ha defendido que Occidente no puede dejarse amordazar por temor a herir la sensibilidad islámica y someterse a "censura".

   Westergaard, cuyo dibujo sobre Mahoma en el diario 'Jyllands-Posten' casi le cuesta la vida en 2010 cuando fue atacado por un hombre con un hacha, ha asegurado al diario austríaco 'News' que no lamenta su trabajo y que la libertad de expresión es algo demasiado precioso como para renunciar a ella.
   "¿Deberíamos permitirnos en el futuro ser censurados por las autoridades islámicas en países profundamente no democráticos? ¿Deberían de poder decir a la canciller alemana en el futuro a quién debería honrar y a quién no? ¿De verdad vamos a llegar tan lejos", se ha preguntado, en referencia a la mención por parte de Angela Merkel a su trabajo.
   Para muchos musulmanes, cualquier representación del profeta es blasfema y las caricaturas u otras caracterizaciones han provocado protestas en el mundo musulmán, la última de ellas por la satirización de Mahoma en el tráiler de una película sobre Mahoma realizada en Estados Unidos.
   Westergaard, de 77 años, ha reconocido que sigue viviendo en un temor constante por su vida. Su residencia se ha convertido en una "fortaleza" con una oficina de policía en el patio trasero y guardaespaldas que le acompañan a él y su mujer en su coche blindado. "Ni siquiera puedo ir de compras o sentarme en una cafetería", explica en la entrevista publicada hoy.
   En su opinión, "nos encontramos desde hace tiempo en una cultura de guerra" no solo entre Occidente y Oriente Próximo sino directamente en las sociedades occidentales, donde, según él, muchos musulmanes parecen no entender o respetar la democracia y la libertad de expresión.
   Según él, los dibujantes no pueden ceder en sus esfuerzos de llamar la atención sobre cosas de una forma mordaz. "Ya es lo suficientemente malo que algunas personas, como políticos o periodistas que trabajan con las palabras prefieran no decir o escribir cosas que son obvias. Nos hemos acostumbrado a eso, pero afortunadamente no a la idea de que las prohibiciones sobre las viñetas también prevalecen mientras tanto", ha remachado.

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