VIENA.- Kurt Westergaard, el autor danés de las
primeras caricaturas sobre Mahoma que generaron una ola de protestas en
países musulmanes hace siete años, ha defendido que
Occidente no puede dejarse amordazar por temor a herir la sensibilidad
islámica y someterse a "censura".
Westergaard, cuyo dibujo sobre Mahoma en el diario
'Jyllands-Posten' casi le cuesta la vida en 2010 cuando fue atacado por
un hombre con un hacha, ha asegurado al diario austríaco 'News' que no
lamenta su trabajo y que la libertad de expresión es algo demasiado
precioso como para renunciar a ella.
"¿Deberíamos permitirnos en el futuro ser censurados por las
autoridades islámicas en países profundamente no democráticos? ¿Deberían
de poder decir a la canciller alemana en el futuro a quién debería
honrar y a quién no? ¿De verdad vamos a llegar tan lejos", se ha
preguntado, en referencia a la mención por parte de Angela Merkel a su
trabajo.
Para muchos musulmanes, cualquier representación del profeta es
blasfema y las caricaturas u otras caracterizaciones han provocado
protestas en el mundo musulmán, la última de ellas por la satirización
de Mahoma en el tráiler de una película sobre Mahoma realizada en
Estados Unidos.
Westergaard, de 77 años, ha reconocido que sigue viviendo en un
temor constante por su vida. Su residencia se ha convertido en una
"fortaleza" con una oficina de policía en el patio trasero y
guardaespaldas que le acompañan a él y su mujer en su coche blindado.
"Ni siquiera puedo ir de compras o sentarme en una cafetería", explica
en la entrevista publicada hoy.
En su opinión, "nos encontramos desde hace tiempo en una cultura
de guerra" no solo entre Occidente y Oriente Próximo sino directamente
en las sociedades occidentales, donde, según él, muchos musulmanes
parecen no entender o respetar la democracia y la libertad de expresión.
Según él, los dibujantes no pueden ceder en sus esfuerzos de
llamar la atención sobre cosas de una forma mordaz. "Ya es lo
suficientemente malo que algunas personas, como políticos o periodistas
que trabajan con las palabras prefieran no decir o escribir cosas que
son obvias. Nos hemos acostumbrado a eso, pero afortunadamente no a la
idea de que las prohibiciones sobre las viñetas también prevalecen
mientras tanto", ha remachado.
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