jueves, 27 de diciembre de 2012

La muerte de un bloguero agita un avispero en Irán

TEHERÁN.- Sattar Beheshti tenía pocos elementos que le hicieran destacar en un barrio obrero en el sur de Teherán llamado Robat Karim. Como muchos vecinos, el trabajador de 35 años era un devoto religioso y vivía en casa con su madre. Pero su vida cambió cuando el año pasado inició un blog llamado "Mi vida por Irán".


Sus entradas a menudo se centraban en la lucha de la clase obrera y las restricciones políticas en Irán, a menudo mezcladas con algunas anécdotas personales de su vida diaria.

Conforme pasaban los meses, el tono del blog se volvió más afilado y más político, con críticas abiertas al Gobierno e incluso al líder supremo, una línea roja en la república islámica.

En un post reciente, Beheshti criticó un discurso pronunciado por el líder, el ayatolá Ali Jamenei, en una reunión del Movimiento de los No Alineados en Teherán con el título "Pronunciaste una sarta de mentiras en vez de un discurso" sobreimpreso sobre una foto del clérigo.

Otros posts criticaban el inquebrantable apoyo de Irán a Hezbolá en Líbano o subrayaban los apuros de los activistas de los derechos humanos.

Las represalias comenzaron pronto.

"Ayer me amenazaron y me dijeron que mi madre pronto iría de luto" escribió Beheshti en un post el 29 de octubre.

Un día más tarde agentes de seguridad de la ciberpolicía iraní le detuvieron. Su cuerpo magullado y golpeado fue entregado a la familia una semana más tarde, y su muerte fue causada por tortura, según una carta de contrabando de compañeros de prisión.

La reacción fue rápida y colérica, especialmente de otros blogueros, incluso algunos progubernamentales, perturbados por el destino de un joven pío sin historia conocida de activismo político.

Las mayores críticas fueron dirigidas a la ciberpolicía y su campaña para detener cualquier intento de "revolución de terciopelo" en la república islámica a través de Internet.


Responsables del Gobierno no han negado los abusos.

"Este individuo fue golpeado, pero sus golpes no fueron de tal manera que provocaran su muerte", dijo el fiscal general Gholam Hossein Mohseni-Ejehi en rueda de prensa el 3 de diciembre.

En el mes transcurrido desde la muerte de Beheshti, siete policías fueron detenidos y el responsable de la ciberpolicía fue cesado, un giro dramático de los acontecimientos en un escándalo disgregador que ha sacudido el país.

Conforme aumenta la presión internacional sobre el controvertido programa nuclear de Irán y hacen mella las duras sanciones económicas, los dirigentes iraníes temen problemas en el interior, especialmente ante las elecciones presidenciales, potencialmente turbulentas, que deben celebrarse en junio.

La muerte de Beheshti expuso las fisuras políticas de Irán mientras un grupo de diputados contrariaron al Gobierno del presidente, Mahmud Ahmadineyad, y a los jueces para que abrieran una investigación.

Pero la herramienta más efectiva para dar eco a la inusual muerte de Beheshti fue la que él había elegido: Internet.

"Realmente creo que es uno de los mejores ejemplos del impacto de Internet en Irán", dijo Mahmood Enayat, director del programa Iran Media en la Universidad de Pensilvania y fundador de Small Media, un grupo sin ánimo de lucro que se centra en mejorar el flujo de información en sociedades cerradas.

Internet se ha convertido en un organismo supervisor, obligando al Gobierno a reaccionar ante cualquier cosa que genere suficiente atención, explicó.

"Ya no pueden simplemente ignorarlo".

Aunque muchos detalles de la detención y muerte de Beheshti son turbios, algunos ya no se discuten. En la noche del 30 de octubre fue detenido en su casa de Robat Karim y trasladado a la sección 350 de la famosa prisión Evin, de Teherán.

Compañeros de prisión dijeron que fue colgado del techo de la celda y golpeado. Se le ató por las extremidades a una silla y fue golpeado de nuevo. A veces, los interrogadores lo tiraron al suelo y le golpearon en la cabeza y cuello.

Un grupo de prisioneros políticos hablaron con Beheshti mientras estuvo detenido y pasaron una carta basada en sus observaciones y su relato de los hechos a activistas opositores.

"Cuando trajeron a Sattar a la sección 350, las marcas de tortura eran visibles en todas las partes de su cuerpo", dijo la carta, firmada por 41 prisioneros y publicada en webs opositoras.

Pese a las lesiones, Beheshti presentó una queja sobre cómo fue tratado a funcionarios de prisiones. Poco antes de que fuera trasladado a otras instalaciones, Beheshti dijo a sus compañeros que sus captores pretendían matarlo. Cuatro días más tarde, las autoridades informaron a su familia de su muerte.

Tras la muerte de Beheshti, fuentes de seguridad advirtieron a su familia de que no hablara con la prensa y los agentes de seguridad amenazaron con detener a su hermana si la familia no firmaba un consentimiento sobre las circunstancias de su muerte, dijo su madre en una entrevista con el servicio persa de la emisora de radio alemana Deutsche Welle.

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