VIGO.- Con grandes dosis de ironía e irreverencia aseguradas, el espectáculo
"PK2.0 Que Dios nos pille confesados" llega a Pontevedra de la mano del popular
presentador y cómico Dani Mateo. La temática serán los siete pecados
capitales. "Trabajo en la tele, en este oficio es más importante ser
pecador que hablar inglés", explica el humorista en 'Faro de Vigo'.
- ¿Cómo un licenciado en Periodismo acaba de humorista?
-
Porque en realidad nunca hice periodismo, solo me saqué el título y ahí
quedó la cosa. No he vuelto a molestarle y él tampoco me molesta, así
que nos llevamos bien.
- A veces tiene mucho que ver hacer humor y tratar la actualidad.
-
Creo que ahora mismo desde el humor se pueden decir muchas cosas que
desde el periodismo no se puede ni soñar decirlas. Me remito a la frase
inicial de mi programa: ya conocéis la noticia, y ahora os contaremos la
verdad.
- ¿Y si no hubiera sido humorista?
- Probablemente
habría acabado mal, no sé cómo? No sé si como traficante de armas o
trabajando en algún local con luces de colores en la carretera de La
Coruña. El humor salvó mi vida.
- ¿Qué diferencia hay entre un espectáculo cómico televisivo y uno teatral?
-
Aunque yo hago una tele en la que te dejan hacer muchas cosas, es en el
teatro donde no tienes ningún tipo de censuras ni condicionamientos. Tú
eres tú, la gente es la que paga la entrada, con lo cual no tienes que
dar explicaciones a anunciantes ni al director. El público que va verte
se merece que les des duro, castigaré bien el hígado. Aquellos que pagan
lo merecen.
- ¿No le impone la reacción inmediata del público?
- Sí, sobre todo cuando se levantan y se van. A veces cierro por fuera para que se jodan y se queden hasta el final.
- ¿Tiene alguna inspiración para hacer humor?
-
Yo le llamo copiar, pero me gusta que le llames inspiración. Es
inevitable. Hay muy buenos humoristas desde Wyoming a Pepe Rubianes,
Buenafuente, Faemino y Cansado u otros americanos como George Carlin.
Luego te arrepientes de copiarlos, pero alguno pensará que el chiste es
mío.
- Cree que con la crisis, ¿la gente tiene menos ganas de reírse?
-
La gente tiene las mismas ganas de reírse. La primera obligación del
ser humano es intentar ser feliz y eso no cambia. Estamos en una época
jodida, pero no es la primera vez. No sé si cambiaría estos tiempos por
la Edad Media, por ejemplo. Te imaginas viajar en el tiempo y quejarte a
uno de esa época que estamos jodidos por la prima de riesgo y el tío
diciéndote que está enterrando a su hijo, que ha muerto de lepra, pero
que en cuanto acabe nos invita a algo para que se nos pase el disgusto.
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