domingo, 17 de febrero de 2013

El periodista en México, entre la espada y la pared

MÉXICO.- América Latina sigue siendo terreno peligroso para el oficio periodístico. La Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) ha registrado más de 200 periodistas asesinados desde 2007 en el continente. En México, la lucha contra el narcotráfico ha inundado las calles de violencia en los últimos años, dejando en segundo plano la consolidación como potencia económica emergente.

En 2006, el recién electo presidente de México, Felipe Calderón, emprendería la llamada Guerra al Narcotráfico. “Tal declaración manchó cada evento, cada discurso, cada momento de su gobierno. Atrás quedaban las obras (pocas), sus logros (supuestos), sus compromisos (nulos) y cada palabra terminaba involucrando los temas de: inseguridad y narcotráfico”, asegura una fuente del Estado mexicano.
Se calculan unos 100.000 muertos durante el período de gobierno de Calderón. Los ataques a los grupos narcotraficantes acabaron con algunos líderes, creando disputas internas que terminarían en divisiones y creaciones de nuevos cárteles. Las sangrientas luchas entre el gobierno y el narcotráfico y entre los cárteles entre sí sumió al país en la violencia.
Las calles se militarizaron, los secuestros y las extorsiones se dispararon. El gobierno había perdido el poder. “Un gobierno debe tener el control de todo y de todos, sean buenos o malos. Cuando un presidente pierde el control, entonces está perdido. No se trata de pactar, sino de controlar para mantener un orden”, comenta la misma fuente estatal.
Por supuesto, los periodistas no se salvaron de la ola de violencia que se desencadenó entonces. “Quedamos en el medio entre los intereses del gobierno y del narco”, se lamenta el subdirector editorial de El Diario de Juárez, Pedro Torres. Los atentados contra los periodistas aumentaron notablemente, haciendo de México uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo.
Para el fotoperiodista Luis Torres “es increíble que las agresiones a periodistas sea en su mayoría por agentes de la Policía Municipal y no por el crimen organizado”. El periodista, colaborador en El Diario de Juárez, denuncia el abuso de poder de la institución y la complicidad del Gobierno que no hace justicia en los casos de agresiones contra periodistas. “El reportero es visto como enemigo cuando es la persona que evidencia irregularidades en los tres poderes”, remarca Luis. 
Las estadísticas de los crímenes contra periodistas son alarmantes. Nueve de cada diez quedan impunes. “No hay casos de investigación seria”, asegura Pedro Torres. El subdirector del periódico más importante de Ciudad Juárez reclama que no haya interés en resolver los crímenes. Dos integrantes de su redacción han sido asesinados: Armando Rodríguez en 2008 y Luis Carlos Santiago en 2010. Aún no se ha hecho justicia.
¿Cómo hacer periodismo entonces?
A pesar que los periodistas defiendan su independencia y su compromiso con la sociedad, los mexicanos critican duramente los medios privados. Se les acusa de exagerar la verdad y de politizar algunos problemas. Sin embargo, Pedro Torres destaca la apertura informativa que trajo el gobierno panista (Partido Acción Nacional) con respecto al sistema represor que mantenía el PRI (Partido Revolucionario Institucional) en el pasado. “Esperemos que con el regreso del PRI  no regresen los mecanismos que dificulten el acceso a la información”, declara.
El último sexenio también ha traído cambios en el ejercicio diario del periodismo. Pedro Torres cuenta que es muy peligroso cubrir exclusivas, por lo que estas se sacrifican por seguridad y los reporteros que se envían son acompañados por colegas de otros medios. Luis Torres, por su parte, confiesa que día a día evita el contacto con fuerzas policiales para evitar agresiones. Se cuida de que alguien lo siga cuando conduce y nunca hace el mismo recorrido para ir a su casa o a la redacción.
Para defender la profesión se han creado diferentes organizaciones que hacen presión en los casos de agresiones contra periodistas, que dan talleres para que los profesionales puedan realizar su labor de manera más segura. Una de las iniciativas es la Escuela de Periodismo Auténtico, que ofrece un curso intensivo de 10 días en México para informar sobre movimientos sociales y la defensa de los intereses populares.
Este taller se presenta como una de las propuestas para solucionar el problema de la falta de credibilidad de los medios y de los periodistas. También es la muestra que el ejercicio del periodismo no está muerto en México y que periodistas de todo el mundo pueden ir allí para cumplir con la loable labor de informar. El subdirector del Diario de Juárez hace un balance optimista de la situación: “Hay gente que sale de su país a buscar este tipo de situaciones para hacer buen periodismo. A nosotros nos tocó la suerte de vivirlo aquí, enfrentarlo y sobrevivirlo desde una perspectiva periodística”.
Con la elección de Enrique Peña Nieto como presidente, la Guerra contra el Narcotráfico iniciada por Calderón parece llegar a su fin. ¿Será eso suficiente para reducir los índices de violencia y encaminar a México al desarrollo económico y social? Por ahora, el gran temor de los periodistas mexicanos es la vuelta del PRI y el posible regreso al obscurantismo informativo que impuso este por setenta años. Un sistema autoritario que Mario Vargas Llosa definiría como  la Dictadura Perfecta.

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