domingo, 10 de febrero de 2013

Un periodista palestino pide limitar el movimiento de las mujeres de Gaza porque propagan infecciones

JERUSALÉN.- Issam Shawer,  un pintoresco muslim cuyas peroratas publica el diario Hamas Falastin, afirma en un artículo que las mujerucas de Gaza, debido a su condición de alcahuetas y amantes del rumor y el parloteo, son propaladoras de pestes e infecciones, y con un par de coranes  lo declara con claridad meridiana:

Creo que las mujeres son las transmisoras más numerosas y rápidas de enfermedades virales y epidemias tales como la gripe porcina, y no estoy haciendo acusaciones sin fundamento cuando las describo como tales”. Y arguye el palestino en defensa de su teoría: “Cuando existe la necesidad de realizar una visita de condolencia, las mujeres salen de cada esquina y acuden desde todas direcciones, incluso de lejos, y luego se congregan en un lugar. Ellas confortan a la familia y también intercambian historias – esto es muy importante para ellas – y diseminan noticias y rumores, pero también diseminan los virus que flotan en el aire sofocante. Luego se dispersan, y muchas se van a realizar alguna otra función en algún otro hogar o salón. 
Por eso creo que las mujeres son las que más rápido transmiten las epidemias. Prosigue, poseído por la burricie, el columnista su artículo con observaciones de profundo calado: “Algunas de ellas toman las precauciones necesarias y usan mascarillas cuando están solas, y sin embargo, cuando se reúnen, se quitan las mascarillas para charlar y hacer lo que mejor saben hacer, intercambiar novedades.  
 Pero los virus también encuentran su camino hacia nuevas víctimas de esta manera. Hay pruebas definitivas de que lo que hemos dicho aquí sobre las mujeres es cierto”. Por contra, según el autor, el varón palestino esparce muchísimas menos miasmas que las siempre cacareantes féminas debido a su comportamiento viril, noble y austero: “Los hombres también juegan un papel en la propagación de las infecciones, pero ya que se mantienen ocupados, y son más lentos para cumplir con sus deberes sociales y seguir las costumbres tradicionales, tienen un papel menor en esto comparado con el ‘otro bando’.
Finalmente, concluye el experto  epidemiólogo su exposición prescribiendo un tratamiento de uso tópico y carente de contraindicaciones: “También pueden jugar[los masculinos seguidores del “Profeta”] un papel más importante en la lucha contra las enfermedades imponiendo restricciones más estrictas a los movimientos y reuniones de las mujeres en la familia, tan amplio como sea posible… al menos en los próximos tres meses”.
El referido asno de Hamas describe a la  sociedad islámica de Gaza como abundosa en cotorras incontinentes que aventan con la lengua los peores virus; destaca que tales cotorras propalan rumores, cuentos de viejas y embustes… que es lo que “mejor saben hacer”; define al ciudadano palestino como elemento “lento en el cumplimiento de sus obligaciones”, y exhorta al enclaustramiento del parlanchín estamento mujeril durante algunos meses, porque está científicamente demostrado que constituye un peligro sanitario cierto y grave.

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