LA HABANA.- La figura disidente más conocida de Cuba, la bloguera Yoani Sánchez,
pasó sin incidentes el domingo por inmigración en el aeropuerto
internacional de La Habana para embarcarse hacia Brasil, en la primera
parada de una gira de 80 días por una docena de países.
Fue despedida con abrazos por un pequeño grupo de familiares y amigos.
Sánchez recibió un pasaporte hace dos semanas bajo la reforma
migratoria de Cuba que entró en efecto este año, luego de que las
autoridades comunistas de la isla le negaran el permiso para viajar más
de 20 veces en los últimos cinco años.
"Logré pasar la barrera de control migratorio, ahora sólo falta
abordar ese avión y que despegue", dijo Sánchez, que ha prometido
tuitear sobre sus viajes.
En otro tuit a sus seguidores mientras esperaba para subir al
avión, agregó :"A mí, la verdad, no paran de temblarme las rodillas".
Sánchez es parte de una serie de opositores de alto perfil al
Gobierno que ha recibido un pasaporte en línea con las nuevas
regulaciones, pero la primera en realmente hacer uso de los beneficios.
A algunos otros disidentes menos conocidos se les negaron pasaportes.
Sánchez criticó la nueva ley por no otorgar de forme simple a
todos los cubanos el derecho a viajar, pero dijo en el
aeropuerto: "Esto (mi salida) lo he luchado mucho, ha sido estresante,
ha sido una victoria no total, limitada".
Las antiguas legislaciones sobre viajes fueron implementadas en
1961 para reducir el éxodo de cubanos al exterior tras la revolución de
1959.
La nueva ley removió el denostado requerimiento de tener que
pedir una visa de salida y relajó otras restricciones que habían
desalentado a los cubanos de abandonar la isla y viajar, como parte de
reformas más exhaustivas llevadas adelante por el presidente Raúl Castro
tras suceder a su hermano Fidel en 2008.
Todavía existen restricciones a los viajes en Cuba, en general
por razones de seguridad nacional y para quienes tienen pendientes casos
legales.
Sánchez, que ha ganado varios premios internacionales por los
artículos que publica en su blog pero a quien se le negó el permiso a
viajar para recibirlos, dijo que ahora planeaba utilizar el dinero que
recolectará con sus galardones para "fundar una prensa libre en Cuba".
"(Tengo planes de) Hacer contactos periodísticos, aprender cómo se lleva una redacción periodística moderna", declaró.
Sánchez, una residente de La Habana de 37 años, ha desatado la
ira del Gobierno cubano por criticar constantemente su sistema comunista
en el blog llamado "Generación Y", además de emplear su cuenta de
Twitter para denunciar la represión.
Es una de las blogueras más famosas del mundo y posee decenas de
miles de seguidores en el extranjero, pero cuenta con pocos adeptos en
Cuba, donde el Gobierno restringe severamente el uso del internet.
Considerada una pionera del uso de redes sociales en Cuba,
Sánchez dijo previamente esta semana que visitaría las
oficinas de Google, Twitter y Facebook, y que viajaría a Brasil,
Argentina, Perú, México, Estados Unidos, España, Italia, Polonia,
República Checa y varios otros países.
Los líderes cubanos consideran que a los disidentes como
traidores y mercenarios a favor de Estados Unidos y otros enemigos.
Blogueros oficialistas a menudo dicen que el renombre internacional
ganado por Sánchez ha sido gestionado e impulsado por agencias de
inteligencia occidentales.
Pero la bloguera también es crítica de la política estadounidense
hacia Cuba. En una entrada reciente en su blog, afirmó que el embargo
de décadas aplicado por Estados Unidos no logró cambiar las posturas del
Gobierno cubano y que fue explotado por La Habana como el "lobo malo
para echarle la culpa por todo".
"La gran noticia no es ahora, sino que se producirá dentro de 80
días cuando ella regrese", dijo Bert Hoffmann, un experto sobre Cuba del
Instituto Alemán de Estudios de Area y Globales con sede en Hamburgo.
"Muchos opositores al régimen han dejado Cuba para exiliarse,
pero esta es la primera vez que una disidente prominente inicia una gira
mundial de alto perfil para luego volver a la isla", explicó.
La salida de Sánchez y su eventual regreso a Cuba están siendo
supervisados de cerca por gobiernos y grupos activistas de derechos
humanos, puesto que es una prueba para el compromiso de las autoridades
cubanas con la libertad de viaje.
"Ella se fue, ahora veamos si el Gobierno la deja entrar de nuevo o si la obliga a exiliarse", dijo un diplomático europeo.
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