MADRID.- El debate sobre el Derecho al olvido en la Red
y la necesidad de establecer mecanismos que permitan a los usuarios
proteger su privacidad y dar de baja contenidos personales que no
quieran que aparezcan en Internet está protagonizando muchas noticias.
Desde el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil aseguran que
el derecho al olvido "nunca va a existir, y va a haber cosas que nunca
vamos a poder eliminar de Internet".
A la falta de claridad de las políticas de privacidad de sitios
como redes sociales, se une el hecho de que la mayoría de las grandes
compañías son extranjeras y están sujetas, por lo tanto, a otro tipo de
legislación. Por otro lado, Google y otros motores de búsqueda, que
indexan todo tipo de contenido sin tener más responsabilidad que la de
ofrecer buenos resultados de búsqueda por palabras clave, pero que no
son responsables del origen de los contenidos y que tampoco tiene
potestad para despublicarlos o no.
Además, la falta de concienciación de los usuarios sobre qué
información personal se publica o no, junto al hecho de que cualquiera
puede publicar sobre cualquiera, "deja en una situación de indefensión a
miles de ciudadanos que no tienen mecanismos ni públicos ni privados
con los que defender su privacidad y su intimidad en la Red", indican
desde la compañía de seguridad ESET.
Éste ha sido uno de los temas centrales del primer ESET Security
Forum, que ha reunido a grandes expertos de seguridad de España para
discutir temas de actualidad. Para este primer evento se contó con la
presencia y la colaboración de Lorenzo Martínez, CEO de Securízame y
bloguero de SecuritybyDefault; Pablo Fernandez Burgueño, socio fundador
de Abanlex Abogados; Javier Villacañas, periodista y bloguero
tecnológico y director del programa COPE 3D; Juan Antonio Calles,
consultor de hacking ético y fundador de Flu-project; Yago Jesús, CEO de
eGarante y bloguero de SecuritybyDefault, y el Capitán del Grupo de
Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, César Lorenzana. El vídeo está
disponible en el canal corporativo de YouTube de ESET España.
Prácticamente todos los ponentes coincidieron en apuntar a la
falta de mecanismos que garanticen la protección de la privacidad y la
intimidad de los usuarios de Internet. En este sentido, Juan Antonio
Calles señaló que la situación "es terrible. Detrás de empresas como
Google o Facebook hay un negocio brutal: se está comerciando con nuestra
información, vendiéndola a terceros, tienen derechos de autor sobre las
imágenes, etc. La solución pasa por dictar leyes que obligue a que las
políticas de privacidad sean más claras y que se hagan campañas de
concienciación, para que todo el mundo sepa de forma certera qué puede
pasar con sus contenidos en la Red".
Para Josep Albors, "el tema es farragoso, porque los límites del
derecho a la privacidad llegan hasta donde empieza el derecho a la
información. Si el contenido es una lista de pederastas peligrosos,
seguro que ninguno nos quejamos ni pedimos eliminar dicho contenido,
porque hace un bien social. La única forma que tenemos de proteger
nuestra reputación es enterrar los resultados a partir de la tercera
página de resultados de Google, posicionando por encima otros contenidos
positivos".
Yago Jesús opina que hay matices: "Una cosa es la información que
te han robado y han hecho pública, donde necesariamente debería haber un
derecho al olvido legal, pero otra cosa es la que cualquiera de
nosotros, de forma voluntaria, publica en Internet, en cuyo caso no
tenemos derecho a solicitar que se elimine dicha información. Es decir,
el derecho al olvido debe ser una deferencia que se solicita como un
favor. Si alguien lo ha subido, te ha robado o ha violado tu intimidad,
esa información sí debe ser eliminada, porque es un daño a tu honor.
Ahora, si soy yo el que subo un vídeo... mala suerte".
Para el Capitán del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia
Civil, César Lorenzana: "Google lo único que tiene es una tecnología que
indexa. Es imposible que no haya nada mío en Google: no puedes
desaparecer de Internet igual que no puedes desaparecer de la vida
pública. Es como algo que se publica en el B.O.E. Otra cosa es que solo
esté en esta publicación o que se indexe. Sí considero que es obligación
de la plataforma el proveer de una herramienta para eliminar contenido
que te afecte a ti, pero sólo a ti. Si se publica una foto de este
evento, habrá que tener el consentimiento de todos. Y para eliminarlo,
también. El Derecho al Olvido nunca va a existir, y va a haber cosas que
nunca vamos a poder eliminar de Internet".
"Si el sitio donde está publicada originalmente la información
existe, no es culpa de quien lo indexa", añade Javier Villacañas. "Si
hay una herramienta que busca cosas que existen, hay que tener la
certeza de que el problema de origen está en la noticia, no en quien la
hace más pública. Al final, son las leyes quienes tienen que decir lo
qué está pasando y poner justicia en ello".
Pablo Fernández Burgueño quiso aclarar uno de los casos más
polémicos de los últimos años: "El Derecho al Olvido ya existe en
España: son los derechos de cancelación, rectificación, oposición, etc.
Solo necesitamos un papel, escribimos nuestro nombre, apellidos, de qué
lista queremos desaparecer y con el DNI se lo enviamos a quienes tengan
nuestros datos. Esa persona tiene la obligación de borrar nuestros datos
en 10 días".
"El caso que llevamos en nuestro despacho", ha aclarado, "es
diferente: se publicó hace tiempo en La Vanguardia unos anuncios de una
subasta para poder pagar unos importes que se debían al Estado. Se
publicó originalmente en papel, pero diez años después, el periódico
decidió digitalizar su hemeroteca publicando el anuncio de la subasta de
bienes del ciudadano. Aquí tuvimos dos caminos, y hemos abierto los
dos. El primero, pedir a Google que quite el enlace. La Agencia Española
de Protección de Datos nos dio la razón, y recomendó que Google quitara
el enlace.
Pero Google España y Google Inc. (internacional) se fueron a
la Audiencia Nacional, y ésta a la Unión Europea. De momento solo
tenemos las aportaciones que ha hecho el abogado general, así que
tendremos que esperar a la sentencia, que saldrá en octubre o noviembre.
Google es solo un taxista que nos lleva al sitio: no puede hacer
desaparecer el sitio, sino solo llevarte. Es obvio y lógico. La segunda
vía, que seguramente dará resultado, es que La Vanguardia incluya este
contenido dentro de una versión privada, o meterlo como excepción en el
archivo robot.txt para que los buscadores no lo indexen".
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