lunes, 9 de septiembre de 2013

La crisis de la prensa escrita en Marruecos

RABAT.- El diario marroquí 'Le Soir Echos' acaba de publicar su último número, incapaz de superar las dificultades financieras, y se suma así a los otros dos títulos de prensa escrita que este mismo año han dejado de publicarse en Marruecos en un entorno cada vez más complicado. 

'Le Soir Echos', que el 30 de agosto salió impreso por última vez, llegó a tirar en sus buenos tiempos 10.000 ejemplares, pero la falta de publicidad ha sido fatal para este diario francófono, y ahora sus 45 empleados (24 de ellos periodistas) se quedan en la calle, según explicó su director, Saad Tazi.
Tazi reconoció que la prensa en francés sufre un declive inexorable ligado a la pérdida de espacio de la lengua francesa en el país en general, que se agrava con la crisis mundial de la prensa en papel "que llega a su fin sin que veamos cuál será su alternativa", reflexionó.
Este mismo año, otros dos medios impresos marroquíes han pasado a mejor vida: primero fue el semanario en francés 'Actuel', desaparecido casi sin pena ni gloria; después llegó el turno de 'Hespress', un semanario en árabe surgido al calor de una exitosa página web del mismo nombre pero que en su versión en papel no subsistió ni siete meses.
Además de las causas mundiales que están cavando la tumba del periódico en papel, Tazi cree que hay razones específicas en Marruecos que agravan aún más el estado de la prensa escrita, como la costumbre de algunos kioskeros de 'alquilar' los diarios a mitad de precio a lectores que luego los devuelven una vez leídos, sin generar ingresos para el periódico.
Además, están los dueños de cafeterías, que ofrecen a sus clientes toda la prensa del día, que es devorada por decenas y decenas de personas al tiempo que sorben sus cafés o tés en largas mañanas mientras se quejan de la "basura" que leen gratis, como comentaba recientemente de forma irónica el periodista Mojtar Lagzaui.
A todo esto se añade el alto analfabetismo de la población (30% según los cálculos más benévolos); las generaciones más jóvenes tienen la suerte de estar más alfabetizadas, pero en Marruecos, como en el resto del mundo, los jóvenes tienen muy poca estima por los diarios escritos y prefieren informarse por toda clase de medios virtuales.
Según un informe del ministerio de Comunicación, solo un 1 % de la población marroquí lee prensa escrita, uno de los porcentajes más bajos de la región; el total de ejemplares individuales publicados en un año supera los 110 millones, cifra que dividida por 365 da una media de poco más de 300.000 periódicos al día.
Uno de los experimentos periodísticos más exitosos en Marruecos en los últimos años ha sido el sitio web 'hespress.com', de información generalista. Animados por la cifra de 600.000 visitas diarias que dicen tener, se lanzaron en enero pasado a crear un semanario impreso, pero con un equipo diferente de periodistas.
El resultado fue un tremendo batacazo: el semanario solo sobrevivió seis meses, y los responsables de la empresa todavía son reacios a hablar de aquella experiencia, prefiriendo glosar el crecimiento imparable de su exitoso sitio web (un millón de visitas diarias el pasado Ramadán).
Para Mohamed Abdelwahab Allali, profesor especialista en Sociología de los Medios en Rabat, la debilidad de la prensa escrita es ya antigua: "En Marruecos no hay una tradición sólida de lectura", algo que según él se explica por el apego de la sociedad a la "cultura oral" más que a la escrita.
Allali lamenta que ni siquiera el bajo precio de un diario (entre 3 y 4 dirhams, equivalente a 0,26-0,30 euros) anime a las clases medias a su compra, ni tampoco a profesionales como médicos, abogados o profesores, carentes de esa "práctica de lectura individual".
Además, es un hecho que la transición a las nuevas tecnologías va a terminar primando la cantidad de contenidos de ocio y diversión en detrimento de los artículos de tono reflexivo, un fenómeno que no hace sino confirmar "la primacía de la oralidad" en la que todavía se reconoce la sociedad marroquí.

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