lunes, 21 de abril de 2014

A falta de internet y parabólicas, los cubanos se entretienen con el "paquete"

LA HABANA.- Nadie sabe de dónde viene, pero muchos cubanos lo esperan con impaciencia: es el "paquete" de películas, series de TV, deportes, juegos y música, que se vende en 'pendrives' cada semana bajo cuerda, enriqueciendo la insípida oferta audiovisual pública en la isla.

Este compendio circula de mano en mano desde hace unos meses, incluyendo espectáculos deportivos, chismes de farándula, comerciales, actualización de antivirus, en fin, todo a lo que los cubanos no tienen acceso por las limitaciones de Internet y de antenas parabólicas, que condenan a ver las cinco cadenas públicas de televisión, cuya programación muchos consideran aburrida.
Es quizás el más eficiente servicio de la isla, cuyo origen está bien oculto por la discreción de distribuidores y usuarios, en un país donde los intelectuales acaban de pedir en un congreso una reforma urgente de la televisión, pues su programación es "muy lejana a las necesidades culturales, informativas y de distracción".
El "paquete" tiene el sabor de lo desconocido y la tentación de lo prohibido, y hasta ahora las autoridades comunistas han hecho la vista gorda, aunque el exministro de Cultura y actual asesor presidencial Abel Prieto calificó su contenido como "basura", afirmando que "el culto a los yanquis nos está invadiendo de un manera vergonzosa".
"Hay que competir con el paquete, hay que desmenuzar el paquete. Nosotros tenemos que desmontar el paquete ante la gente, que la gente entienda que los están estafando", declaró Prieto en el congreso de intelectuales, aunque descartó que sea prohibido.
El "paquete" tiene centros de venta en casas particulares o entregas a domicilio. Su precio varía entre uno y cinco dólares en La Habana, según su volumen, pues buena parte de los compradores tienen memorias USB con poca capacidad.
Los dueños de los florecientes negocios privados nacidos al calor de las reformas económicas del presidente Raúl Castro, han encontrado en el "paquete" una plataforma efectiva de promoción, en un país donde prácticamente no existe la publicidad.
El compendio de Semana Santa incluía publicidad de un estudio fotográfico privado en Camagüey, 530 km al este de La Habana, y de varios "paladares" (restaurantes privados) de La Habana.
Sin proponérselo, el "paquete" puede convertirse en instrumento político, en una nación con régimen unipartidista donde toda oposición es ilegal.
La bloguera disidente Yoani Sánchez anunció el 8 de abril en Miami, bastión del anticastrismo, que lanzará un periódico opositor digital en la isla cuya "distribución se basará en teléfonos celulares y correos electrónicos (...), además de memorias digitales como USB flash drives, DVDs y CDs".
Sánchez indicó que "espera que la publicación se inserte en los llamados combos" que distribuye el "paquete".
La respuesta del oficialismo cubano no se hizo esperar.
El bloguero oficialista Yohandry, que publica oficiosamente noticias y opiniones del gobierno, escribió: "desde ya les anuncio a mis amigos del barrio y a los consumidores del paquete (...) que adquieran el de esta semana, quizás el último que se reparta, porque Yoani Sánchez todo lo que toca, lo jode, se los digo yo".

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