MADRID.- Estudio de Comunicación, en colaboración con la
agencia de noticias Servimedia, ha realizado un estudio sobre la
repercusión y efectos de las noticias falsas, (denominadas fake news) en
organizaciones y empresas, titulado Influencia de las noticias falsas
en la opinión pública. La presentación del estudio estuvo presidida por
el Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.
El
estudio se realizó sobre 478 entrevistas a colectivos como
comunicadores, periodistas, políticos, funcionarios, estudiantes o
profesionales liberales, entre otros. También participaron en él once
profesionales de otros tantos ámbitos, como la política, los medios de
comunicación, la reputación corporativa o la medición sociológica, que
respondieron a tres preguntas en las que se sintetizan las inquietudes
del público en general respecto al fenómeno actual de la proliferación
de las noticias falsas.
Un 75,7% de los
participantes en el estudio ven probable o muy probable que se generen o
difundan falsas noticias en la prensa online, mientras que en las webs
oficiales (55,9%) y en la prensa impresa (52,3%) es donde en mayor
porcentaje se considera improbable.
El mayor grado
de improbabilidad se asigna a la prensa impresa (52,3%) y a las
agencias de noticias (44,6%). En las segmentaciones por ocupación de los
entrevistados, los periodistas participantes consideran que en la
prensa online y en la televisión (69,2% en ambos casos) son los medios
donde más posibilidades hay de generar noticias falsas; y en el caso de
la televisión, es el grupo donde mayor desconfianza existe, con 19
puntos porcentuales sobre la media.
Los
entrevistados creen que las noticias falsas se generan para “perjudicar
la imagen y la reputación de personas u organizaciones” (88%) y “porque
quien las genera cree que puede sacar un beneficio personal o para el
colectivo al que pertenece” (75,8%).
Es por eso que el mayor perjuicio
producido por las fake news es de reputación, tanto para las
organizaciones (85,5%), como para las personas (66,2%), pero también lo
son las pérdidas económicas (39,9%) y el sufrimiento (37,9%) se incluyen
entre los daños producidos.
Las consecuencias de estos daños son graves
o muy graves para para el 84,7% de los consultados.
El
Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, que
participó en la presentación del estudio en Madrid, hizo la siguiente
declaración: “Nos encontramos ante los efectos deseables de una
democratización total de la información (…) Los periodistas somos muchos
y eso hace que el sistema informativo sea infernal”.
Y apuntó: “Yo no
creo que haya una verdad, todas las verdades son legítimas y coexisten.
Las noticias falsas son un debate necesario pero del que nunca vamos a
salir”.
Partiendo de la base de que el mayor flujo
de fake news se da en redes sociales, según se expresa en varios
estudios internacionales que se citan en el trabajo, el interés del
estudio se centró también en conocer si los medios de comunicación
tenían o no, alguna responsabilidad en la difusión de falsedades. Se
compara, para ello, prensa online, prensa impresa, radio, televisión y
agencias de noticias con las páginas web oficiales.
Soledad
Becerril (política-ex Defensora del Pueblo), Amancio Fernández (prensa
online nativa- director de Diarioabierto.es), Helena Resano (información
TV-la Sexta Noticias), José Manuel González Huesa (agencia de
noticias-director Servimedia), Bárbara Ruiz (información
radio-OndaCero), Juan José Morodo (prensa impresa-subdirector Cinco
Días), Justo Villafañe (reputación corporativa- presidente
Villafañe&Asociados), Francisco Sierra (contenidos digitales de
medios convencionales- director multimedia grupo Antena 3), José María
Sansegundo (investigación sociológica-CEO de Merco), Carlos Fernández
Guerra (gestor de redes sociales corporativas-director online Iberdrola)
y Rosa Yagüe (comunicación corporativa-Directora de comunicación
Coca-Cola Iberian Partners) son los once profesionales invitados a
contestar a tres preguntas, partiendo de la que aglutina el interés
principal del estudio: “¿Cuál es, según su experiencia, el peor efecto
de una noticia falsa (en personas, organizaciones, en la sociedad en
general)?”.
Pueden conformar el resumen de lo
dicho por todos, respuestas como “Creo que el peor efecto es la enorme
dificultad en reponer la imagen fiel, anterior a la noticia falsa”
(Amancio Fernández), “Una noticia falsa es una mentira. El peor efecto
de la mentira es que anula la capacidad de interpretar verazmente la
realidad” (Juanjo Morodo) o “El peor efecto de una noticia falsa es el
reputacional; y los gravísimos efectos que se podrían derivar de ese
daño para una empresa” (Carlos Fernández Guerra).
Los
profesionales invitados a participar en el estudio también hablaron de
quién es el responsable de la difusión de noticias falsas.
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