jueves, 27 de septiembre de 2018

La prensa escrita y las webs oficiales son los medios que menos noticias falsas publican

MADRID.- Estudio de Comunicación, en colaboración con la agencia de noticias Servimedia, ha realizado un estudio sobre la repercusión y efectos de las noticias falsas, (denominadas fake news) en organizaciones y empresas, titulado Influencia de las noticias falsas en la opinión pública. La presentación del estudio estuvo presidida por el Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.

El estudio se realizó sobre 478 entrevistas a colectivos como comunicadores, periodistas, políticos, funcionarios, estudiantes o profesionales liberales, entre otros. También participaron en él once profesionales de otros tantos ámbitos, como la política, los medios de comunicación, la reputación corporativa o la medición sociológica, que respondieron a tres preguntas en las que se sintetizan las inquietudes del público en general respecto al fenómeno actual de la proliferación de las noticias falsas.
Un 75,7% de los participantes en el estudio ven probable o muy probable que se generen o difundan falsas noticias en la prensa online, mientras que en las webs oficiales (55,9%) y en la prensa impresa (52,3%) es donde en mayor porcentaje se considera improbable.
El mayor grado de improbabilidad se asigna a la prensa impresa (52,3%) y a las agencias de noticias (44,6%). En las segmentaciones por ocupación de los entrevistados, los periodistas participantes consideran que en la prensa online y en la televisión (69,2% en ambos casos) son los medios donde más posibilidades hay de generar noticias falsas; y en el caso de la televisión, es el grupo donde mayor desconfianza existe, con 19 puntos porcentuales sobre la media.
Los entrevistados creen que las noticias falsas se generan para “perjudicar la imagen y la reputación de personas u organizaciones” (88%) y “porque quien las genera cree que puede sacar un beneficio personal o para el colectivo al que pertenece” (75,8%). 
Es por eso que el mayor perjuicio producido por las fake news es de reputación, tanto para las organizaciones (85,5%), como para las personas (66,2%), pero también lo son las pérdidas económicas (39,9%) y el sufrimiento (37,9%) se incluyen entre los daños producidos. 
Las consecuencias de estos daños son graves o muy graves para para el 84,7% de los consultados.
El Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, que participó en la presentación del estudio en Madrid, hizo la siguiente declaración: “Nos encontramos ante los efectos deseables de una democratización total de la información (…) Los periodistas somos muchos y eso hace que el sistema informativo sea infernal”.
 Y apuntó: “Yo no creo que haya una verdad, todas las verdades son legítimas y coexisten. Las noticias falsas son un debate necesario pero del que nunca vamos a salir”.
Partiendo de la base de que el mayor flujo de fake news se da en redes sociales, según se expresa en varios estudios internacionales que se citan en el trabajo, el interés del estudio se centró también en conocer si los medios de comunicación tenían o no, alguna responsabilidad en la difusión de falsedades. Se compara, para ello, prensa online, prensa impresa, radio, televisión y agencias de noticias con las páginas web oficiales.
Soledad Becerril (política-ex Defensora del Pueblo), Amancio Fernández (prensa online nativa- director de Diarioabierto.es), Helena Resano (información TV-la Sexta Noticias), José Manuel González Huesa (agencia de noticias-director Servimedia), Bárbara Ruiz (información radio-OndaCero), Juan José Morodo (prensa impresa-subdirector Cinco Días), Justo Villafañe (reputación corporativa- presidente Villafañe&Asociados), Francisco Sierra (contenidos digitales de medios convencionales- director multimedia grupo Antena 3), José María Sansegundo (investigación sociológica-CEO de Merco), Carlos Fernández Guerra (gestor de redes sociales corporativas-director online Iberdrola) y Rosa Yagüe (comunicación corporativa-Directora de comunicación Coca-Cola Iberian Partners) son los once profesionales invitados a contestar a tres preguntas, partiendo de la que aglutina el interés principal del estudio: “¿Cuál es, según su experiencia, el peor efecto de una noticia falsa (en personas, organizaciones, en la sociedad en general)?”.
Pueden conformar el resumen de lo dicho por todos, respuestas como “Creo que el peor efecto es la enorme dificultad en reponer la imagen fiel, anterior a la noticia falsa” (Amancio Fernández), “Una noticia falsa es una mentira. El peor efecto de la mentira es que anula la capacidad de interpretar verazmente la realidad” (Juanjo Morodo) o “El peor efecto de una noticia falsa es el reputacional; y los gravísimos efectos que se podrían derivar de ese daño para una empresa” (Carlos Fernández Guerra).
Los profesionales invitados a participar en el estudio también hablaron de quién es el responsable de la difusión de noticias falsas.

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