PARÍS.- Medios de comunicación franceses y organizaciones de reporteros
denunciaron el domingo los ataques contra periodistas por parte de
manifestantes antigubernamentales conocidos como “chalecos amarillos” y
pidieron una mejor protección tras una serie de incidentes este fin de
semana.
La policía de París disparó cañones de agua y gases lacrimógenos para
hacer retroceder a los manifestantes alrededor del monumento del Arco
de Triunfo este sábado, en el noveno fin de semana consecutivo de
protestas contra las reformas económicas del presidente francés Emmanuel
Macron.
Los periodistas que cubren las protestas se están convirtiendo cada vez más en un objetivo para los manifestantes.
En
la ciudad occidental de Rouen, los reporteros de la televisión LCI
fueron atacados por un grupo de manifestantes. Uno de los agentes de
seguridad que trabajaba con el equipo de televisión fue golpeado
mientras él estaba en el suelo y se rompió la nariz, con imágenes del
incidente ampliamente compartidas en las redes sociales.
En
París, un reportero de LCI fue empujado al suelo cuando los
manifestantes intentaron quitarle la cámara, según la emisora, agregando
que tomará acciones legales contra los atacantes.
Otras
cadenas, incluyendo BFM TV y franceinfo, mostraron el domingo imágenes
de reporteros molestados durante las marchas de “chalecos amarillos” del
sábado.
El Secretario General de Reporteros sin Fronteras, Christophe Deloire, pidió a las autoridades que tomen medidas.
“Este
es un chantaje antidemocrático por parte de personas que consideran que
pueden golpear a los periodistas si no están de acuerdo con la forma en
que se cubren los eventos”, dijo a la radio France Info.
El
ministro del Interior, Christophe Castaner, dijo en su cuenta de Twitter
que cualquier persona que ataque a los reporteros será llevada ante la
justicia.
“En nuestra democracia, la prensa es libre (...) atacar a los periodistas es atacar el derecho a informar”, dijo.
Francia
ha sido sacudida por protestas de chalecos amarillos contra las
reformas de Macron desde mediados de noviembre en un movimiento que no
tiene líderes designados y no está vinculado a partidos políticos o
sindicatos.
Comenzó como una protesta contra los altos precios
del combustible, el movimiento se ha transformado en una lucha por la
justicia social y una democracia más directa. Varias manifestaciones han
degenerado en violentos enfrentamientos con la policía.
Durante
la próxima semana, Macron lanzará tres meses de debate nacional para
presentar sus propuestas con la esperanza de apaciguar el movimiento,
que ha socavado su autoridad y ha puesto en marcha su campaña de
reformas.
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