viernes, 21 de mayo de 2021

Luís Filipe Simões elegido presidente de la junta directiva del Sindicato de Periodistas en Portugal


LISBOA.-  Luís Filipe Simões, del diario A Bola, es el nuevo presidente de la dirección del Sindicato de Periodistas en Portugal, después de que la Lista B haya ganado las elecciones celebradas ayer miércoles para los órganos de gobierno de la organización.

En un comunicado, la entidad dijo que la "Lista B ganó las elecciones para todos los órganos nacionales del Sindicato de Periodistas" y que, así, "Luís Filipe Simões es el presidente de la dirección elegido para el trienio 2021/2023".

Sofía Branco, de la agencia Lusa, que hasta ahora era presidenta de la dirección, pasó a la Junta de Ética, en la misma lista.

Según el mismo comunicado, la lista "obtuvo 427 votos para la Dirección, la Junta de la Asamblea General y el Comité de Auditoría, frente a los 247 de la Lista A".

"Para el consejo de ética, la lista B recibió 422 votos frente a los 253 de la lista A", dijo el sindicato.

El sindicato también explicó que "teniendo en cuenta que la composición de este órgano se determina por el método d'Hondt, la Lista B eligió a tres miembros, uno de ellos el presidente, y la Lista A eligió a dos".

Por otro lado, "para el Consejo General, la Lista B obtuvo 419 votos frente a 253 de la Lista A", y "por el mismo método, este órgano integrará 13 miembros de la Lista B y ocho de la Lista A".

Paralelamente, "la Dirección Regional de Madeira, que presentó una lista única, fue elegida con 41 votos y la Dirección Regional de las Azores, también con una lista única, fue elegida con nueve votos".

jueves, 6 de mayo de 2021

Fernández-Galiano, el cardenal de papel que quería dominar 'El Mundo'


Desde que cogió el timón del azote del felipismo, Antonio Fernández-Galiano (Madrid, 1957) se propuso alcanzar las siluetas de los políticos, banqueros y empresarios que divisaba en el horizonte. Encargado de la gestión financiera de El Mundo, el protagonismo del periódico recaía sin embargo en Pedro J. Ramírez, cuya dirección presidencialista trascendía la calle Pradillo y se infiltraba en las esferas del poder. Ahí quería estar él, departiendo con ministros y directivos, con la Moncloa y con el Ibex, pero el director de los tirantes había llegado antes y no había sitio para dos.

Hijo de un senador de la UCD, Galiano trabajó en el Banco Central antes de enrolarse en El Mundo, donde fue escalando posiciones en la división económica hasta que fue nombrado presidente de Unidad Editorial en 2011, convertido ya en un grupo de comunicación que había comprado Recoletos (Marca, Telva, Expansión) y probado suerte en el sector audiovisual. En cambio, su buque insignia seguía asociándose a Pedro Jota, quien le daba cuenta de las novedades cada vez que se reunía con los exclusivos círculos sobre los que pretendía orbitar Galiano. Más que acariciar el poder, lo escuchaba por boca del director.

La cabecera vivió etapas doradas —en sus albores ejerció de contrapoder y destapó exclusivas que minaron el Gobierno socialista— y su crecimiento posterior fue acompañado de una diversificación que —a la postre, como le ocurriría a otras empresas— terminó siendo un lastre para la gallina de los huevos de oro. 

Los propietarios italianos se pusieron nerviosos —en realidad, siempre han estado de los nervios desde que la adquisición de Recoletos por un potosí les salió rana y afectó a la matriz de RCS, propietaria del Corriere della Sera— y el saco sin fondo madrileño los llevó a emprender una política de recortes, bajas incentivadas, eres y despidos, más dura si cabe tras la crisis del papel.

Cuando Pedro Jota se hizo a un lado, vio su oportunidad para hacerse al fin con el control editorial del rotativo, la puerta que daba paso a los salones y despachos, donde se había hecho fuerte el nuevo director. Galiano se sentía aún más aislado, pues un reservado Casimiro García-Abadillo no le reportaba, por lo que le impuso a los italianos su salida como condición para seguir al frente del grupo mediático. 

Al menos el primer director le presentaba a algunos mandamases, algo que no sucedía con su sucesor, quien había labrado sus contactos entre la clase dirigente como periodista económico de diversas publicaciones, mano derecha —y discreta— de Pedro Jota y subdirector de El Mundo.

Tras tantear a un hombre de confianza del fundador de El Español para reemplazarlo, su negativa provocó que Galiano decidiese buscar en el Lejano Oriente al sustituto ideal: un corresponsal de prestigio con ideas frescas para emprender la renovación digital, pero sin relación alguna con las altas esferas políticas y empresariales. David Jiménez llevaba toda la vida en Asia y, aunque era un hombre de la casa, no lo era de la redacción. Por fin alguien que no le haría sombra, debió de pensar Galiano, sin calcular las consecuencias del fichaje.

Jiménez duró solo un año en el cargo y denunció las presiones del presidente de Unidad Editorial que, a su juicio, habrían comprometido la independencia del periódico. Tras alcanzar un acuerdo para dejar la cabecera, publicó El director (Libros del K.O.), donde narra los intentos del sistema político y económico para controlar el diario. Cuando sus propios excompañeros lo tacharon de ingenuo, argumentó que no se trataba simplemente de coacciones.

"Estamos hablando de llamadas de despachos que le cuestan la carrera a profesionales, de premiar a periodistas afines en tertulias y de castigar con el despido y la precariedad a quienes no pasan por el aro, de lluvia de dinero a la prensa tradicional a cambio de ocultar informaciones comprometedoras para grandes empresas del Ibex…", detallaba en una entrevista a Público con motivo de la publicación de su polémico libro, donde rebautiza a Galiano con el apodo del Cardenal. O sea, el nuncio de Milán, la sede de RCS MediaGroup.

El perfil que traza en El director es demoledor. Además de intentar ejercer de eso mismo, según Jiménez, trata de frenar o esconder la publicación de noticias que podrían afectar a personalidades como Mariano Rajoy —la caja B del Partido Popular— o Florentino Pérez —cosas de Cristiano Ronaldo—, porque "El Cardenal pretendía hacer el periódico" por él y luego por su sucesor, Pedro Cuartango. 

Cuando este presentó su dimisión, Galiano le suplicó "entre sollozos" que le diera otra oportunidad. "Temía que, esta vez sí, en Italia descubrieran en qué manos estaban sus dominios españoles", escribe en el libro.

El siguiente en la lista sería Francisco Rosell, un director dócil y de la confianza del Cardenal, quien podría ser arrastrado en su caída. Porque, tres décadas después de embarcarse en El Mundo, a Fernández-Galiano le ha llegado su hora: RCS no le renueva el contrato, una salida que será ratificada este jueves en la junta de accionistas. 

La decisión, según El País, ha sido atribuida a Nicola Speroni, uno de los directivos —junto a Stefania Bedogni— que ejercen de enlaces con Urbano Cairo, principal propietario de la matriz italiana.

Las diferencias han sido insalvables, pero al menos Galiano pudo ponerle cara a las siluetas de los empresarios y políticos que, en tiempos de Pedro Jota, divisaba en un horizonte que entonces parecía inalcanzable.

 

 https://www.publico.es/economia/antonio-fernandez-galiano-presidente-unidad-editorial-mundo.html/amp

martes, 4 de mayo de 2021

Antonio Fernández Galiano, cesado desde Italia como presidente ejecutivo de Unidad Editorial


MADRID.- Antonio Fernández-Galiano deja de ser presidente ejecutivo de Unidad Editorial, según han publicado hoy varios medios de comunicación madrileños. El número uno del grupo editor de El Mundo, Marca y Expansión ha recibido este martes una carta del editor italiano de la compañía, RCS, comunicándole que ya no cuentan con él en el futuro del grupo editor de periódicos.

Ahora se abre una etapa en la que se negociarán los términos de su salida y lo más probable es que abandone Unidad Editorial en las próximas semanas.

Se ha aprovechado que tocaba renovar el contrato de Galiano para confirmarle que no continuará en su cargo. El directivo ya ha comunicado a sus más cercanos la decisión de los socios mayoritarios italianos y que ha manifestado su descontento con las formas del grupo italiano para anunciarle su cese.

La ratificación se hará oficial este viernes tras la reunión del consejo de Unidad Editorial. Fernández-Galiano ya conocía las intenciones de los accionistas. En este sentido, fuentes internas explican que el directivo no se opondrá a la decisión de la junta y respetará la decisión que se tome el próximo viernes.

Los accionistas de Unidad Editorial propondrán terminar con el mandato de Antonio Fernández-Galiano como presidente ejecutivo del grupo. Fuentes de la compañía han confirmado que así se planteará en la próxima junta de accionistas de la editora

Parece que existe una mayoría entre el accionariado que apuesta por no renovar a Fernández Galiano en el puesto. Por lo que, previsiblimente, dejará este mismo viernes la presidencia ejecutiva del grupo.

Según adelantó Dircomfidencial, la junta de accionistas de RCS -la propietaria italiana de la compañía- decidió por votación el pasado 29 de abril la no prorrogación de Fernández Galiano al frente del grupo editorial. 

La salida de Fernández-Galiano de Unidad Editorial se produce después de treinta años en la compañía. Fichó por Unedisa (la antigua Unidad Editorial) a comienzos de los años noventa como director gerente.

A partir de ahí comenzaría una carrera hasta la cima que le llevó a ser nombrado director general de la editora de El Mundo en 2004, y un año más tarde ser designado consejero delegado de Unidad Editorial tras la compra de Recoletos.

En 2011 fue nombrado presidente ejecutivo de Unidad Editorial en sustitución de Carmen Iglesias, cargo que ha desempeñado hasta la fecha y en el que se ha ocupado de las relaciones institucionales, con políticos, empresas y anunciantes.

El Mundo fue fundado por Alfonso de Salas, Pedro J. Ramírez y Balbino Fraga en 1989 y 32 años después ha tenido cinco directores: Pedro J. Ramírez (durante casi 25 años), Casimiro García Abadillo, David Jiménez, Pedro García Cuartango y Francisco Rosell.

Precisamente la continuidad de Rosell queda en duda tras la salida de Fernández-Galiano. El director de El Mundo era una apuesta personal del hasta ahora presidente ejecutivo, quien le situó al frente de la joya de la corona para tener un mayor control del periódico.

En cuanto al sustituto de Fernández-Galiano, todo apunta a que RCS situará a un directivo de su confianza, probablemente italiano. En octubre de 2017, la matriz situó a Nicola Speroni como director general de Negocio y a Stefania Bedogni, como directora general Corporativa.

Desde esa fecha fue Speroni el que se hizo con los mandos de la filial española controlando todos los movimientos. Las fuentes consultadas indican que el directivo italiano es el mejor situado para ser el número uno en España.

Para conocer la génesis de la salida de Fernández-Galiano debemos remontarnos a mediados de 2016, cuando Urbano Cairo se impuso a Andrea Bonomi en la pugna por controlar RCS Mediagroup, dueña de Unidad Editorial.

Cairo asumió la presidencia y la gestión de la editora y solo un año después nombró un equipo (Speroni y Bedogni) para que tutelara a Fernández-Galiano en España. De hecho, Cairo nunca estuvo cómodo con la gestión del actual presidente ejecutivo al que recortó funciones de manera paulatina en los últimos tres años.

En los últimos meses la relación entre Italia y Fernández-Galiano era inexistente y sus poderes eran mínimos en favor del tándem italiano que ya de facto controlaba todos los resortes de Unidad Editorial.

Respecto al futuro más inmediato, en la plantilla hay mucha incertidumbre sobre lo que vendrá. Muchas fuentes consultadas indican que se podría abrir una etapa con nuevos recortes y posibles despidos masivos o que incluso se abriría la puerta a que Unidad Editorial se trocee para vender negocios y rentabilizar inversiones.

El cese sentencia a Francisco Rosell como director de "El Mundo"

El fin de la década de Antonio Fernández Galiano al frente de las operaciones de Unidad Editorial traerá aparejado, salvo sorpresa, el cambio de director de El Mundo. Ese puesto lo ha ejercido Francisco Rosell desde la primavera de 2017, respaldado por el presidente saliente de la compañía. 

Sin embargo, con su cese se da por supuesta la salida de Rosell, quien ha sido su hombre de máxima confianza en el grupo durante los últimos años, según aventura Voz Pópuli.

Rosell fue director de El Mundo de Andalucía hasta 2015, cuando Unidad Editorial presentó un Expediente de Regulación de Empleo en esta edición del periódico que supuso el despido de la práctica totalidad de su plantilla.

Fernández Galiano le nombró entonces adjunto al presidente del grupo y, posteriormente, le propuso como director del periódico que hasta entonces había encabezado Pedro G. Cuartango.

La decisión sobre la destitución de Rosell todavía no es oficial, pero fuentes de la actual Dirección de Unidad Editorial dan por supuesto que se producirá en los próximos días, tras el cambio en la cúspide de la compañía.

Al igual que Galiano, Rosell finalizará su contrato en los próximos días y los accionistas podrían optar por no extender su mandato.

Este movimiento, cabe recordar, tendrá lugar después de que el máximo accionista de la compañía (RCS MediaGroup) haya perdido la confianza en Fernández Galiano, a quien durante los últimos años había rodeado de varios de sus hombres de confianza en la sede madrileña de esta compañía, lo que, en la práctica, había minado su poder sobre el día a día del grupo. No obstante, su interlocución con Rosell era constante.

En los cuatro años que Rosell ha permanecido en el despacho principal de El Mundo, la redacción del diario se ha enfrentado a los duros recortes impuestos desde Italia, derivados del plan del presidente de RCS MediaGroup, Urbano Cairo, de reducir los costes de producción en España.

También se ha puesto de largo en este tiempo el modelo de suscripción en su web, que actualmente cuenta con alrededor de 60.000 abonados, según los últimos datos hechos públicos por el diario.

Rosell ha sido el segundo director que más tiempo ha ostentado la Dirección de El Mundo, tras Pedro J. Ramírez. Por ese puesto, también han pasado Casimiro García Abadillo, David Jiménez y Pedro G. Cuartango.

Su cese se producirá en un período de incertidumbre para el sector de la prensa, en el que el mercado publicitario se ha contraído y en el que los nuevos negocios digitales todavía no compensan -ni se espera que lo hagan en el medio plazo- el agujero generado en los últimos años por el papel.

Más de 100 periodistas despedidos en Portugal desde el inicio de la pandemia


PRAIA.- Más de 100 periodistas fueron despedidos en Portugal desde el inicio de la pandemia covid-19, lo que agravó los problemas en un sector ya con dificultades de sostenibilidad, advirtió la presidenta del Sindicato Luso de Periodistas.

"En el caso portugués las previsiones no son buenas. Es un sector que ya tenía muchos problemas de sostenibilidad, que se agravaron con la pandemia, y que ahora se enfrenta a despidos colectivos, 'lay-off', empresas con dificultades", dijo la presidenta del sindicato, Sofia Branco.

Hablaba en Praia, en el marco de una conferencia-debate sobre el periodismo en tiempos de pandemia, organizada por la Asociación Sindical de Periodistas de Cabo Verde (AJOC), con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra hoy.

"Francamente, no preveo buenas noticias para el sector este año y el próximo", sobre todo cuando dejen de existir estas ayudas extraordinarias", comentó la periodista de la agencia Lusa, que fue una de los ponentes de la conferencia.

"Tendremos un sector más pequeño, menos diverso, muchos periodistas independientes no habrán aguantado", pronosticó la periodista de la agencia Lusa, que fue uno de los ponentes de la conferencia.

El presidente del Sindicato de Periodistas también anticipa una reducción del número de periodistas en Portugal, señalando que hasta el momento ya han sido despedidos más de 100 profesionales, y que se espera el tercer despido colectivo en diferentes grupos en breve.

El año pasado, el gobierno portugués aprobó el despido simplificado para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia del covid-19. La presidenta del sindicato reconoce que es "muy útil" en lo inmediato, pero subraya que protege demasiado poco a los trabajadores.

"Después del 'despido' o unos meses después, las empresas ya pueden hacer un despido colectivo, pues la medida debería presuponer una seguridad mucho mayor", dijo Sofía Branco.

El "despido" es una ayuda simplificada a las empresas para mantener los contratos de trabajo.

Los trabajadores tienen derecho a percibir dos tercios de su salario; la Seguridad Social paga el 70% de esa cantidad y el resto corre a cargo del empresario.

Incluso con todas estas dificultades agravadas por la pandemia del covid-19, la presidenta dijo que los periodistas y los medios de comunicación han prestado un "buen servicio", aunque reconoció que es necesario mejorar y reflexionar.

"En general, el periodismo ha cumplido su misión de informar a la población en un momento muy complejo, en el que la información sigue siendo fundamental. Esto es lo que ha hecho el periodismo en Portugal", evaluó la dirigente sindical.

Si en la primera fase dijo que los medios de comunicación "reaccionaron muy bien", en lo que considera una segunda fase, propone que los periodistas se centren más en contar historias, dependan menos de las fuentes oficiales y tengan otras perspectivas y otros ángulos.

En cuanto al periodismo en Cabo Verde, Sofia Branco se alegró de que los profesionales reflexionen sobre estos temas. "Es muy interesante que sean conscientes de que hay que pensar en lo que hacen.

Y también subrayó el hecho de que el impacto laboral y empresarial aún no es tan significativo como en Portugal. "Eso es muy bueno y esperemos que siga así".

En su discurso de apertura de la conferencia, el presidente saliente de la AJOC, Carlos Santos, afirmó que, más de 14 meses después del inicio de la pandemia en Cabo Verde, la organización aún no ha recibido ninguna notificación de despido de ningún periodista y los medios de comunicación públicos y privados no han recurrido a los "despidos".